miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Cuántas vidas "tocas" al día?

 
A veces no somos conscientes de las vidas que “tocamos” a lo largo del día. Esta es una reflexión que me hacía una amiga hace día y que quedó ahí dando vueltas durante un tiempo…Y es que nuestro ritmo incesante de idas y venidas, cosas por hacer, tareas que cumplir, apenas nos deja tiempo para parar y mirar a quien va a nuestro lado.
Y son muchas las personas que un día cualquiera cruzan nuestra vida. La rutina hace que apenas prestemos atención a los que son compañeros fieles, que están con nosotros de manera habitual. Por el hecho de que están siempre ahí apenas les dedicamos tiempo…y a veces, tan sólo con una sonrisa calmada o una mirada que de verdad veo, tan sólo con esto, podemos hacer que la otra persona sienta uno de los mayores anhelos del  ser humano: sentirse visto, reconocido.
¿Os ha pasado que a pesar de tener un día gris, de repente una palabra o una frase dicha por una personas que sabes que te quiere, un silencio mantenido en una conversación cómplice, una sonrisa de alguien desconocido que se cruza en tu camino, un abrazo por sorpresa, hace que el día tenga otro color?
"En la vida, siempre encontramos oportunidades de experimentar la generosidad inherente de nuestro corazón. Cada vez que esto ocurre, nuestra fe en la parte de nosotros mismos que está íntimamente relacionada con el resto del universo se fortalece. Cuando nos acercamos a cada acto de cuidado con un deseo de crecer, nos encontramos también con nuestros miedos y resistencias y con la oportunidad de verlos como lo que realmente son."
No estamos ni vivimos solos. Formamos parte de un Universo y no podemos olvidar que lo que nos hace humanos, es esa capacidad de cuidar y sentirnos los unos a los otros. Y no es necesario hacer grandes proezas para vivir desde la solidaridad y el civismo. Podemos ser, como dice Albert Espinosa, personas amarillas: aquellas personas que irrumpen en nuestra vida y con las que enseguida conectamos, que nos ayudan a progresar y conspiran a nuestro favor. Se trata de personas especiales para cada uno de nosotros, que se encuentran a caballo entre los amigos y los amores. Con frecuencia, ni tan siquiera es necesario mantener el contacto con ellas para sentir su presencia e incluso su consuelo. Y esto tan sólo con poner atención en cómo hablamos, acompañamos, a quíen sonreímos, hacia dónde van nuestros silencios, nuestra música. Tan sólo poniendo atención en mirar a quien está a tu lado y de vez en cuando, sin tampoco un porqué concreto, ni por una razón importante, sencillamente porque es nuestro compañero, porque camina a nuestro lado, un día, un mes, un instante, un año, o quizás porque lleva con nosotros toda una vida, podemos parar y decir: “Te veo”, reconozco y honro quien eres, adelante, continúa, estoy contigo.
Y también habrá días en los que sabes que hoy no estás aportando nada, no tienes ganas de sonreír, no salen las palabras bonitas…esos días en los que ves reflejada tu sombra, sale lo que no te gustas de ti, dejas que también se exprese y en vez de volver a tu cueva a llorar por lo mal que lo has hecho hoy, a enjuiciarte y criticarte…párate, observa y sí, esa también eres tú. La clave está en cambiar ese lenguaje de “sombra” que te oscurece, te juzga, te paraliza y cambiarlo por palabras de “luz”. Observar y aceptar nuestra sombra, nuestros días oscuros y verlo como oportunidad para mejorar, desde la comprensión por lo que pasó, es seguir creciendo e iluminando cada vez un poquito mas nuestra sombra. 
Apuesto por las personas que ven y reconocen a quién camina a su lado, el tiempo que sea. Que son conscientes de que somos únicos y de que no estamos solos, que nuestro destino es Ser universo.
"Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en lugares pequeños, puede cambiar al mundo." Eduardo Galeano
 
¿Cuantas vidas "tocas" al día?
 


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